“El tren se encontraba en plenas condiciones para frenar. El motorman no ejecutó el freno”, declaró el especialista ante el tribunal.
El testimonio de Pastine coincide con el del ingeniero Horacio Faggiani de la Comisión Nacional de Regulación de Transporte, quien aseguró que “la causa del accidente fue la no activación del sistema de freno” por parte del motorman de la formación.
Por su parte, Pastine, quien declaró por cinco días consecutivos, si bien fue contundente en cuanto a que el motorman no aplicó el freno, admitió que el conductor no tenía en su cabina una señal que lo alertara que estaba ingresando a la cabecera de la estación a una velocidad mayor a la permitida, porque los trenes no tenían ese sistema.
Explicó que TBA no colocó un dispositivo para advertir al maquinista sobre la velocidad, por “una cuestión presupuestaria”, aunque aclaró que ya estaba proyectada su adquisición.
Ante el tribunal dio una serie de explicaciones técnicas y dijo que cuando el tren ingresó al andén de Once “estaban las tuberías plenamente llenas de aire” para abastecer al freno de emergencia como al sistema de servicio. El tren no frenó: “hubo una disminución leve de la velocidad en el tramo final, producto de la resistencia en el avance de la formación”, añadió.
“Consideramos que hubo una velocidad uniforme en los últimos metros. El tren impactó a 26 o 27 kilómetros por hora”, concluyó el perito.
En la causa están acusados los ex secretarios de Tranporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, integrantes del Grupo Cirigliano, el maquinista Marcos Córdoba, entre otros.
Se les imputa a todos, a excepción de Córdoba, los delitos de defraudación contra la administración pública y descarrilamiento culposo. Según el Código Penal, esos delitos tienen una escala de pena de 2 a 6 años de prisión y de 1 a 5 años de prisión, respectivamente. En tanto, Córdoba se encuentra imputado por el delito de descarrilamiento culposo.
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