La formación se estrelló el 19 de octubre pasado.
La Cámara Federal porteña confirmó el procesamiento del motorman Julio Benítez por el choque de tren el 19 de octubre pasado en la estación de Once (el segundo después de la tragedia de 2012). Además, ratificó la acusación por "descarrilamiento culposo agravado por haber causado lesiones en 105 personas" y se le suma la "sustracción de medios de prueba".
Tras la mencionada decisión de la Sala II del Tribunal de Apelaciones, que confirmó el fallo de primera instancia del juez federal Ariel Lijo, según la resolución firmada hoy; el maquinista de la línea Sarmiento quedó al borde del juicio oral.
El accidente se produjo cuando una formación que partió de Castelar a las 4.53 colisionó a las 7.25 en la estación de Once. Luego del choque, Benítez intentó llevarse el disco rígido donde estaba registrada la filmación de la cabina y, aunque el material fue encontrado en su mochila, las imágenes nunca se pudieron recuperar por las rayaduras y el daño que tenían.
"La colisión del tren se produjo a consecuencia de un -cuanto menos- imprudente manejo de la formación por parte de Benítez", concluyeron los camaristas Horacio Cattani, Eduardo Farah y Martín Irurzun, quienes agregaron que "las circunstancias particulares del evento (y no precisamente su habilidad) evitaron que las consecuencias fueran de una gravedad mayor".
"Las constataciones y registros dan cuenta que en los últimos metros, no existió aplicación de ninguno de los frenos disponibles, derivándose de tales constancias que la velocidad de ingreso a la estación fue exactamente la misma que la velocidad del impacto", sostuvo la Cámara sobre la actuación del motorman.
Además, el guarda del tren declaró que Benítez "en ningún momento activó los frenos ni tampoco redujo la velocidad", al igual que los pasajeros que coincidieron en la rapidez con la que iba la formación.
En su indagatoria, el conductor había dicho que no recordaba el choque porque durante el trayecto fue sintiendo una "sensación de ahogo" que se repetía constantemente. "No recuerdo ni siquiera en qué estaciones paré, ni cómo paré", le había explicado al juez Lijo cuando fue indagado.
Sin embargo, la Cámara rechazó un posible problema de salud del motorman, porque está "establecido que durante gran parte del trayecto desde Moreno a Once, condujo la formación en exceso de velocidad y con aplicaciones bruscas de sus frenos".
"Sin deficiencias técnicas acreditadas, en condiciones meteorológicas por demás favorables y sin rastros de dificultades físicas o neurológicas, su conductor ingresó a la cabecera en evidente exceso de velocidad y, sin haber mediado aplicación de los frenos disponibles y a su alcance, dirigió la formación al punto del impacto con las consecuencias conocidas", concluyó el tribunal.
Fuente: Diario La Razón
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