Por el boca a boca, hay cordobeses que dejan el colectivo y toman el Tren de las Sierras porque es más económico para ir a trabajar. El tramo entre las estaciones de la ciudad cuesta 1 peso.
Carolina Álvarez llega a la estación de Alta Córdoba a las 8.10. Héctor, el guarda, ya la conoce porque la mujer viaja todos los días. Está a punto de tomar el Tren de las Sierras que saldrá a las 8.25, pero no es un viaje turístico ni tiene en sus planes llegar hasta Cosquín: es una de las primeras pasajeras en usar este servicio para ir a trabajar.
Desde hace un mes, el paseo del Tren de las Sierras comenzó a captar no sólo a curiosos, sino también a empleados.
“Es también el tren de los obreros”, lo define Maximiliano, el boletero de la estación de Rodríguez del Busto, cuando Día a Día le preguntó quiénes son principalmente los usuarios durante la semana.
“Esto es un transporte público. En la semana viajan trabajadores que van a La Calera, a Argüello o que llegan desde Alta Córdoba a esta estación. Lo hacen por trabajo porque es mucho más barato que el colectivo. Y los fines de semana se llena de turistas o de cordobeses que quieren hacer esta experiencia”, cuenta Maximiliano.
Volvemos a Carolina, una de las tantas usuarias que lo hacen como una rutina para llegar a su trabajo.
“Vivo en barrio Malvinas Argentinas. Trabajo en una casa de familia cerca del Hospital Neonatal, así que tomaba antes el colectivo 66 hasta Alta Córdoba, y desde ahí tomaba el 600”, comenta, mientras ya está sentada al fondo en el segundo coche, y Héctor comienza a recorrer la formación
“Pago 1 peso y no corro el riesgo como antes de que el colectivo me dejara por los paros de los choferes. Yo no podría pagar un taxi para ir a mi trabajo, son más de 100 pesos”, relata la mujer.
Como ella, son varios los que se fueron acercando al Tren de las Sierras para ir a sus puestos de trabajo. Carolina cuenta que gasta 22 pesos al mes en idas y vueltas. “Antes eran más de 30 pesos en colectivo. Y el tren tiene la ventaja de que no para nunca”, agrega.
La formación ya está avanzando y el paisaje del barrio Alta Córdoba comienza a cambiar. Adelante están Jorge, el maquinista, y Daniel, otro de los empleados que va en los vagones. Hay un par de familias que viajan hasta Cosquín en un circuito de paseo.
“Van a ver que cuanto lleguemos a Rodríguez del Busto se subirán más trabajadores. Se bajan en Argüello, Tristán Narvaja, en las estaciones hasta La Calera. Tuve años en Buenos Aires y acá es más tranquilo para trabajar. Cada vez más se ve gente que usa el tren para ir a laburar”, relata Jorge.
Los problemas de la villa. La máquina empieza a tocar bocina y Jorge la sostendrá por largo rato. Decidimos ahí volver a los vagones porque la formación atraviesa la villa El Nailon. El paisaje se vuelve un poco más pesado y los pasajeros saben que sentirán alguna que otra piedra que impactará en los plásticos que recubren los vidrios de las ventanillas.
Afuera hay niños a metros de las vías con mochilas listas para ir al cole, en una mano; y en la otra, una piedra. “Lo que pasa es que la villa no tendría que estar acá. ¿Cuánto va a pasar para que suceda un accidente?”, dice Gerardo Graeuille, quien viaja en uno de los asientos próximos a Carolina. También toma el tren desde Alta Córdoba hasta estación Argüello para ir a su trabajo, un poco más lejos que la mujer que se bajará antes en el Neonatal.
“Antes tomaba dos colectivos. Ahora sólo el Tren de las Sierras y llego muchas veces antes que en el bondi. Me enteré de esto por mi socio y lo tengo como el transporte para ir a trabajar desde hace casi un mes. Es muy práctico y cómodo. Camino sólo unas cuadras desde Cofico hasta la estación de Alta Córdoba para tomarlo”, cuenta el joven, que en el tramo de recorrido abona 1,20 pesos, contra los 13 que pagaba en los dos urbanos.
“Viví un tiempo en España y a los trenes los usaba y dije: ¿por qué no en Córdoba? Si se viaja bien”, dice Gerardo que en el día sólo hace el recorrido en el primer servicio de la mañana. Carolina, en cambio, lo usa ida y vuelta.
El guarda pega el grito para anunciar que estamos llegando a estación Hospital Neonatal. En realidad, el aviso es para Carolina, la única que descenderá en esta parada.
“Van a ver que cuando lleguemos a Rodríguez del Busto suben más trabajadores”, nos advierte el joven. Otra vez suena la bocina, y estamos ya a metros del Dino Mall, en la otra estación.
Por todo el viaje. Nosotros llegamos al final de nuestro recorrido en el tren –desde estación Alta Córdoba hasta Rodríguez del Busto, con un pasaje a 1 peso–.
Héctor nos abrirá la puerta para que descendamos. Afuera hay una fila de usuarios: casi todos llevan bolsos y ropa de trabajo.
Ya son las 9 de la mañana y el tren tiene más pasajeros con destino a sus puestos laborales, que los que van por un paseo turístico hasta Cosquín.
La explicación para el boletero es fácil: un viaje hasta La Calera desde estación Rodríguez del Busto tarda menos de una hora y con precios muy por debajo que un interurbano.
Mientras este tramo –el más pedido por los obreros– cuesta 2,50 pesos, el colectivo más barato que hace este recorrido tiene un pasaje a 14,75 pesos.
“El tren de la semana es de los obreros, los fines de semana se llena de turistas y muchas veces no quedan pasajes. Va completo, más en las vacaciones. Cualquier viaje en colectivo le cuesta a la gente más caro porque esto es un servicio público”, insiste Maximiliano, el boletero de Rodríguez de Busto, y nos da los horarios para que volvamos al “tren obrero”.
Fuente: DíaaDía.com
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