Opinión: Por paolo menghini Parte de nuestra lucha es que se viaje mejor

El recambio en el Sarmiento nos genera una doble sensación. Esto no es otra cosa que el resultado de la muerte de 52 inocentes (contando la beba en gestación de una de las 51 víctimas fatales), un costo altísimo para una renovación ferroviaria, y que se da después de tanta lucha.

Pero no podemos olvidar que es algo imprescindible para el usuario. Desde ese punto de vista, no tenemos nada que decir, porque parte de nuestra lucha es para que el usuario viaje mejor.

Nos produce un profundo dolor, ya insalvable, que el gobierno no acepte por qué decide la renovación y lo presente como una política de Estado. Sin tragedia de Once, los trenes seguirían como antes.
Los nombres pasan, todo es finito. Lo infinito es el dolor que arrastramos. Ojalá estos trenes sean los que el usuario se merece. 

Y nos produjo un profundo rechazo que presentaran los nuevos trenes durante el Mundial con un grito de gol, como un gran triunfo argentino, igual que cuando Randazzo intenta sustentar su campaña presidencial en base a esto.

Al funcionario se le paga por hacer bien las cosas, no por usar su función como plataforma política. Los nombres pasan, todo es finito. Lo infinito es el dolor que arrastramos. Ojalá estos trenes sean los que el usuario se merece.

*Paolo Menghini es una de las víctimas fatales de la tragedia de Once, hallado dos días más tarde. Su padre es miembro del grupo Familiares y Amigos de Víctimas.