Saint Jean fue recientemente designado por Marcelo Orfila, el titular de SOFSE, como responsable de la gerencia operativa de Seguridad de la empresa estatal que gestiona las líneas urbanas de pasajeros Sarmiento, Mitre, San Martín, Roca, Belgrano Sur y Tren de la Costa, además de los servicios regionales de Entre Ríos, Salta, Chaco, Neuquén y Tren de las Sierras y diversos servicios de larga distancia.“Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores, después a sus simpatizantes, enseguida a aquellos que permanecen indiferentes y, finalmente, mataremos a los tímidos” fue la famosa frase pronunciada por el padre del actual responsable de la seguridad ferroviaria en una cena de camaradería entre oficiales durante el trágico año de 1977.
Saint JeanIbérico Saint Jean fue interventor militar de la provincia de Buenos Aires entre el 8 de abril de 1976 y el 28 de marzo de 1981. Además de amigo, fue el superior del criminal jefe de la Policía provincial durante la dictadura, Ramón Camps, condenado por diversos crímenes de lesa humanidad.
El propio Saint Jean fue procesado por diversos crímenes en el llamado “Circuito Camps”, incluyendo un homicidio y 61 privaciones ilegales de la libertad y tormentos.
Entre otros casos célebres, se lo juzgaba por su responsabilidad en el homicidio de Jorge Rubinstein, apoderado del Grupo Graiver (causa Papel Prensa), en el secuestro y torturas del periodista Jacobo Timerman y en la desaparición de la familia Teruggi-Mariani, incluyendo a la menor Clara Anahí, nieta largamente buscada por Chicha Mariani.
Pese a que ya terminada la dictadura supo jactarse de haber hecho desaparecer a “cinco mil subversivos”, en su testimonio de 2007 frene a la Cámara Federal de La Plata declaró: “No voy a declarar. No tengo nada para aportar e ignoro lo acontecido”. En 2012, a los 90 años, el general Saint Jean murió sin condena por sus crímenes, luego de haber obstruido los juicios en su contra de todas las maneras posibles.
De él supo decir el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel que fue “un ser que violó los derechos humanos, dañó al país y a la sociedad” y “un personaje al que la doctrina de la seguridad nacional le borró la ética, los valores, la dignidad y lo transformó en instrumento de la muerte y no de la vida”.
Mientras el general Saint Jean implementaba un plan criminal para “combatir a la subversión” en la provincia de Buenos Aires, el actual responsable de la seguridad ferroviaria se encontraba estudiando en el Colegio Militar, donde se recibiría con el grado de teniente. En su posterior vida civil eligió un perfil de menor exposición pública que su hermano Ricardo, abogado y activo miembro de la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia, organización reconocida por su consecuente defensa de los genocidas procesados y condenados en democracia por delitos de lesa humanidad.
Alejandro Saint Jean se especializó en temas de seguridad, trabajando para empresas como el Grupo Camargo Correa, McDonald’s o supermercados Disco. Al ser consultado por una opinión acerca de su padre se limitó a señalar: “Mi padre está muerto. Es un tema en el que no tengo nada que ver. Es un tema personal. No voy a emitir ninguna opinión”.
En momentos en que la violencia policial en los trenes ha cobrado visibilidad gracias a casos como el del pasajero que fue obligado a bajar de un vagón por llevar una pancarta contra Mauricio Macri, Saint Jean deberá gestionar desde la Gerencia operativa de Seguridad de SOFSE, un trabajo coordinado entre Policía Federal, Gendarmería Nacional, Prefectura Naval y policías provinciales con la seguridad privada de la empresa. No será tarea fácil, ya que apenas unos meses atrás, a poco de asumir, Orfila decidió reducir el número de custodios contratados de Prefectura y Gendarmería (de 593 efectivos en 46 estaciones a 399 uniformados en 39 puestos) para reducir gastos.
La designación de Saint Jean, con numerosos vínculos con el terrorismo de Estado, parece ser una tendencia general regresiva y preocupante no sólo en el área ferroviaria a cargo de Orfila (que también contrató a otros militares retirados a través de la agencia de seguridad CI5, creada por el ex carapintada Jorge Alberto Tito) sino también a nivel nacional.
En estos meses el gobierno de Cambiemos se ha caracterizado no sólo por reciclar para la gestión pública a personajes directa o indirectamente vinculados con la dictadura sino incluso por el negacionismo del número de desaparecidos (casos Lopérfido y Tecnópolis, entre otros) y por el relajamiento de las condenas a los represores encarcelados. Desde la asunción de Macri, unos 50 militares condenados a prisión efectiva han logrado el beneficio de la detención domiciliaria.
Fuente: (Notas Periodismo Popular)
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