Fallas en las vías y los cruces a nivel impiden levantar velocidad
El extenso tiempo de viaje, de casi siete horas, que demanda unir en tren Buenos Aires con Mar del Plata fue ayer una de las principales críticas que recibió el restablecido servicio ferroviario hacia la costa atlántica. Obras pendientes en casi la mitad de los 400 kilómetros de vías y la existencia de 114 cruces a nivel en la traza impiden, según se explicó, que las dos formaciones afectadas al trayecto puedan moverse a mayor velocidad, pese a estar diseñadas para circular a 120 km/h.
Ayer, el tren que fue puesto en servicio marchó a un promedio de 60 km/h, con picos de 107 km/h luego de Dolores y un descenso hasta 12 km/h en los tramos más complicados, como el puente sobre el río Salado.
Guillermo Fiad, presidente de Trenes Argentinos Infraestructura, recordó a LA NACION que sólo 207 kilómetros del total de vías fueron renovados o mejorados. Por eso, la velocidad del tren va variando a lo largo de la traza, según la calidad de la infraestructura, para garantizar las condiciones de seguridad.
"Hay en todo el trayecto puentes y alcantarillas que deben ser reparados para poder soportar la velocidad de diseño, que es de 120 km/h", explicó el funcionario.
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También señaló como otro motivo de disminución de la velocidad la interferencia que provocan los cruces a nivel. "Suman 114 los pasos a nivel. Algunos tienen barreras, otros sólo banderilleros, y obligan al tren a circular con precaución", describió Fiad.
También los desvíos constituyen otro obstáculo al paso del tren, por ejemplo, en la entrada a Chascomús, y todavía deben ser mejorados.
Los pasajeros disfrutan de su viaje en el tren a Mar del Plata. Foto: LA NACION / Santiago Hafford
"Y otro gran problema, fundamental diría, que encontramos en 2015 cuando nos hicimos cargo del gobierno, es que los durmientes instalados en las vías no estaban en condiciones para operar el servicio a máxima velocidad", indicó.
Según el funcionario, hay todavía unos 129.000 durmientes con distintos grados de fisuras. "A medida que los vayamos reemplazando, un proceso que durará entre tres y cinco años, vamos a ir mejorando los tiempos del servicio", prometió Fiad.
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