lunes, 13 de enero de 2014

Sorpresa bajo tierra: los porteños se sumaron a Subte sin pantalones

El grupo Buenos Aires Flash Mob organizó la cuarta edición local de esta curiosa convocatoria que cada año suma más adherentes. "La idea pasa por hacer algo inesperado que contradiga la cotidianeidad", dicen los participantes.
Dos requisitos pidieron los organizadores: bajarse los pantalones en el subte y mantener la seriedad, "sin gesticular o reírse". Las más de 100 personas que se acercaron ayer a la tarde para participar de la cuarta edición del Subte sin Pantalones en Buenos Aires, y que consiste en eso, en viajar un rato en subte en ropa interior, sorprendieron a los pasajeros que subían a los andenes, y se encontraron con jóvenes leyendo tranquilamente un libro, escribiendo mensajes, hablando por teléfono, pero en paños menores.
"La idea pasa por hacer algo divertido, inesperado, que contradiga la lógica de la cotidianidad", explicó a Tiempo Argentino Matías Iglesias, uno de los organizadores de este encuentro, que es parte de otro planetario llamado ImprovEverywhere (algo así como "improvisar donde sea"), y que ayer replicaron muchas otras capitales del mundo. "Se trata de romper la rutina, de hacer algo que no se espera, algo así como una improvisación. Nos convocamos por Internet, elegimos un lugar, y hacemos lío en la cabeza de la gente que nos ve", añade Matías.

Otra organizadora, Silvana Benaderette, le quita cualquier connotación sexual al asunto, a pesar del paisaje que unía semidesnudos femeninos y rotundos bultos: "No pasa por exhibirse, porque los chicos más bien se vienen con boxer y las chicas muestran bombachas convencionales, o mallas". ¿Tampoco es una protesta contra algo o alguien? "Tampoco. Nosotros en el colectivo Buenos Aires Flash Mob, organizamos un encuentro de este tipo por mes, aunque siempre con diversas temáticas. Fuimos quienes organizamos las guerras de almohadas, las guerras de agua, el baile de Macarena, y tantos otros, siempre sin idea de índole política", explica cortante Silvana.  
En la página de Facebook donde se volcó la convocatoria podía leerse el fondo lúdico y surrealista del evento: "Si alguien te pregunta por qué te quitaste los pantalones, respondele que fue porque te parecían incómodos, te dio calor, o lo que se te ocurra. Salí del vagón y parate en la plataforma, sin pantalones. No conocés, ni mirarás a las otras personas que no llevan pantalones. Aclara e insistí que es una coincidencia que otros hayan olvidado sus pantalones. El objetivo es hacer reír a la gente, no enojarlos u ofenderlos".

Efectivamente la gente quedó sorprendida. Muchos gratamente. Al menos así lo expresó la gente con la que pudo hablar Tiempo en los pocos minutos que transcurrían entre estación y estación. Un hombre mayor, sentado junto a su esposa, mostraba incredulidad y desaprobación: "No me parece bien esto, ¿les pagan para hacer estas cosas?", le preguntaba a su mujer. Pero de pronto cambió de parecer cuando una jovencita en bombacha rosa se paró frente a él. "En realidad me parece muy bien que la juventud sea libre, que no tenga tapujos".

"A mí una chica me preguntó qué hacía sin pantalón", contó Daniela, una joven de 19 años que se quitó la pollera. "Le respondí que vi a otra persona recién, y me dieron ganas de imitarla. La invité a ella a que haga lo mismo, pero prefirió no hacerlo". Pablo, de 35 años, actor de profesión, fue más rotundo: "Es la primera vez que lo hago y la verdad que quiero hacerlo todos los días. Comprarte pantalones es un quilombo. Qué lindo sería salir de la cama y llegar al laburo en calzoncillos. El único problema son los bolsillos".
Luego de viajar por estaciones de la línea B, H y A –el encuentro habían arrancado a las 17 hs de la estación Alem–, los chicos llegaron a Plaza de Mayo para sacarse una foto colectiva, en ropa interior, frente a la Casa Rosada. "Estuvo buenísmo –contó Silvana a Tiempo-, terminamos siendo muchos más, en los subtes se sumó gente anónima, que se bajó los pantalones. No nos dijeron cosas feas. Por suerte, todo positivo".

Una idea original

La idea nació en 2002 en Nueva York y dio en llamarse "No Pants Subway Ride". Es parte de un proyecto mayor denominado ImprovEverywhere. Además de Buenos Aires, otras 25 capitales replicaron ayer esta iniciativa. En el site se lee el origen del movimiento. Fueron siete jóvenes que decidieron celebrar internacionalmente la "tontería", como ellos mismos escriben.

En Nueva York, Hong Kong y Barcelona, las convocatorias ostentan cifras que van desde los 5000 hasta los 10 mil participantes. Con el tiempo, y merced al influjo de Internet (los organizadores cuelgan en su site fotos de lo que ocurre cada año), se fueron sumando ciudades, y hoy son más de 60 alrededor del mundo. El recuerdo de la quinta edición en Nueva York sigue presente en los organizadores, y en los participantes: un policía comenzó a los gritos, y obligó a todos los pasajeros, incluidos los que no se desnudaron, a bajarse del subte. Algunos quedaron presos. Pero para llevar tranquilidad a los futuros desinhibidos, los organizadores aseguran que en muchas ciudades no es ilegal andar por la calle en ropa interior.

Tres que se animaron a llevar las piernas descubiertas

Se llama Will Shipley, es estadounidense y llegó con una bandera del estado en que nació, Oklahoma. "Me quiero quedar a vivir en este país, y me quedaré hasta que me echen", dice. Will trabaja haciendo traducciones y goza "de la libertad que hay en este país, como tomar cerveza ahora y bajarme los pantalones sin que me metan preso."

"Soy un misántropo", dice Gustavo Girardeli, de 50 años, que participó por primera vez del encuentro, y que fue uno de los protagonistas más pintorescos, por usar traje y fumar pipa sin pantalones. "En mi caso, hago esto porque estoy en contra de todo, de la sociedad, de las normas, de la leyes", asegura el analista de sistemas desempleado.

Rosana, de Lomas de Zamora, recibió miradas muy atentas. "Nadie me dijo nada, pero sí, vi más bien una cierta incomodidad, algún murmullo. Hubo una familia que me siguió, pero cuando me detuve, ellos también se detuvieron y nada más." "¿Si me compré esta bombacha para este día? Obvio”, dice Rosana, desafiante.

La cifra

4ª edición. Este es el cuarto año en que se lleva adelante Subte sin pantalones en la Ciudad de Buenos Aires. En Nueva York, donde surgió, ya van 13 años de semidesnudos.