El ex funcionario, juzgado por la colisión del 22 de febrero que causó 51 muertes, señaló que Córdoba "tenía una enfermedad que no había declarado, que es hipotiroidismo y no se medicaba, lo cual puede generar somnolencia", al tiempo que recordó que desde su gestión "no pudo poner cámaras en los trenes porque cada vez que intentaban hacerlo tenían paros sistemáticos de La Fraternidad".
Reveló algunos datos que "ya han sido probados por las pericias" como que "el tren estaba en condiciones de frenar" y que así lo hizo "en todas las estaciones".
"En Floresta se pasó cuatro metros y a coro los peritos dijeron que fue por impericia del conductor y después, como expresó uno de los defensores, jugó con el tren como si fuera un karting porque fue muy rápido", indicó Schiavi sobre Córdoba en declaraciones a radio Del Plata.
"El conductor arrancó de Caballito, puso el tren a 72 kilómetros por hora, lo bajó a 20, lo subió a 51 y después a los 1.300 metros desconectó el sistema de seguridad más importante que tiene un tren que es el de hombre muerto, y eso está probado en la pericia", indicó.
El juicio empezó en febrero del año pasado y las audiencias se fijaron todos los lunes y martes, explicó Schiavi, y agregó que él "junto a un cuerpo fijo de 10 o 12 acusados" han estado presentes en todas ellas.
Asimismo indicó que son 29 acusados, de los cuales uno falleció a causa de un infarto.
El ex secretario señaló que está imputado "por dos cargos, uno por defraudación y otro por el accidente en sí", y aclaró que "a la luz de todo el tiempo de proceso quedó bastante claro que el delito de fraude no estaba en este juicio", por lo cual pasará a otro tribunal.
En este sentido, Schiavi remarcó que "es bastante paradójico que todo el juicio haya girado en torno a la política ferroviaria, a la cuestión de los subsidios, entre otros puntos, y se haya centrado muy poco en el accidente en sí, sobre lo que pasó el 22 de febrero de 2012 a la mañana entre la estación Caballito y Once".
El ex secretario también manifestó que sus abogados "se encargaron de explicar qué cosas tenía el motorman", y "que se supone que a la hora que tomó la formación tenía 0.5 de alcohol en sangre y a la hora que fue el accidente 0.30", y advirtió que "un chofer profesional con más de 0 de alcohol en sangre no puede trabajar".
Por el choque son juzgados Schiavi, su antecesor en el cargo Ricardo Jaime, los ex interventores de la CNRT Antonio Sícaro y Pedro Ochoa, el maquinista del tren Marcos Córdoba, el titular de TBA Claudio Cirigliano y todos los directivos de la ex empresa concesionaria.
La defensa de Schiavi pidió ayer su absolución por el choque de trenes de Once de 2012, al finalizar su alegato en el juicio que se encuentra en su tramo final ante el Tribunal Oral Federal 2.
Por su parte, tras la declaraciones del ex funcionario Paolo Menghini Rey, padre de Lucas Rey -fallecido en el choque- señaló que "Schiavi fue secretario de transporte, parece que se olvidó que es un responsable político directo".
“Esta es la actitud que manejó durante todo el desarrollo de la causa, pero de las autoridades de transporte dependían las condiciones para que ese tren estuviera sobre las vías", dijo Menghini Rey en declaraciones a Radio Belgrano, y sostuvo que “Schiavi jugó a la ruleta rusa con la cabeza de nuestros familiares”.
“Falta poco para saber el veredicto. En la audiencia quedó todo claro y esperamos que en la tercer semana de diciembre estaríamos escuchando la sentencia”, continuó el padre del joven fallecido, y afirmó: “Si el motorman Marcos Córdoba tuvo responsabilidad lo dirá la Justicia, pero sin dudas no tiene nada que ver con que haya ocurrido esto con un tren del año 60, todo podrido, destrozado, cuyos asientos y fierros fueron los causantes de la muerte de las víctimas”, acusó.
Guillermo Dietrich.Foto:Archivo