Ocurrió 128 años atrás, cuando por primera vez llegó el ferrocarril de pasajeros hasta una localidad del partido bonaerense de Magdalena. A unos 100 kilómetros de Buenos Aires quedaba el paraje Bartolomé Bavio. Pero hace casi cuatro décadas, aquella alegría cotidiana, el arribo del tren, se interrumpió, en medio de los desórdenes de la dictadura. Y ayer, los vecinos de Bavio reclamaron, en una fiesta popular, el regreso a su localidad de ese transporte “que es el más equitativo de todos”. Así lo expresó a Tiempo Argentino Roberto Zungri, veterinario de profesión e integrante de la agrupación “Por nosotros”, que brega por reactivar el ramal que conectaba la localidad de Pipinas con la ciudad de La Plata, y que a mitad de camino visitaba Bavio.
¿Por qué una fiesta, si se trata de un reclamo? “Porque los festejos son lugares de encuentro. Incluyen. No excluyen. Y porque así se han hecho las cosas en los pueblos de la Pampa Húmeda a la hora de tomar decisiones o de reclamar sobre cosas tan vitales para la integración de toda una zona rural o semiurbana, y de sus gentes”, añade Zungri, que nació en el porteño barrio de Flores hace 57 años, se crió en Ciudad Evita y llegó un día a Bavio “casi sin nada, para levantarme y vivir mejor con mis mujer y mis dos hijas”.
Mucha música, muchas agrupaciones folklóricas y no tanto, comida –carnes, empanadas, las infaltables pastafrolas, “pero nada de alcohol ni de banderas políticas”–, juegos para chicos en un día soleado, pero frío. No fue casual la elección de la fecha: fue un 15 de mayo de 1887 cuando la primera locomotora frenó, en medio de una nube de vapor, en Bavio.
Falta el tren, pero la estación ya ha sido recuperada por el grupo de vecinos que conforma “Por nosotros”. “La arreglamos, porque hasta quisieron rematar todo lo que había adentro. Venimos haciendo muchas cosas en estos 12 años: logramos que se la declarara patrimonio cultural, para que ya nadie quiera reconvertirla en otra cosa, como primer paso para lograr reactivar el ramal, que es indispensable como estrategia de crecimiento regional, generación de empleo, movilidad social y mejora en las condiciones de vida de este sector de nuestra provincia. La Patria es el Otro: eso yo no lo dudo –declara Zungri–. Por eso, el tren servirá para el peón rural, para sus hijos que así podrán optar por irse a estudiar a La Plata, y seguir la tradición, o para los abuelos o los padres de esos chicos, que no pueden atenderse en un hospital grande porque las combis y los remises vuelven la odisea carísima. Es decir, que el tren es el primer paso para la justicia social, para la salud social, para la equidad”.
Actualmente son una veintena las personas activas en “Por nosotros”. Pero son muchos más los que están de acuerdo con los objetivos que ellos proponen. No faltan, sin embargo, quienes están totalmente en contra: “Sobre todo las gentes que viven en el pueblo y tienen campos, y camionetas para desplazarse a donde ellos quieran, y que viven como si estuvieran en un country, pero con lo que brinda lo público”, sigue Zungri. “Son los que piensan y dicen que mejor que no venga el tren, porque si viene, vienen ‘los chorros’ y ‘la villa’. A eso respondemos que nosotros peleamos por unir el Partido de Magdalena con el segundo y el primer cordón del Conurbano, para ofrecer posibilidades a los que menos tienen en nuestra zona, y a los de allá. Que los de allá vean que se puede vivir en Bavio, o en otros pueblos, que se puede comprar un terreno y construir con el plan Pro.Cre.Ar, porque toda esta zona tiene un serio problema de conectividad, y solucionarlo significa inclusión. No existe un proyecto integrador de desarrollo turístico. El tren ayudaría a que todo cambie.”
Los vecinos de Bavio no claudican, y saben que su reclamo, en el contexto de la recuperación ferroviaria encarada por el gobierno nacional, que ha llevado a la modernización y reactivación de varios ramales en todo el territorio argentino, no cae en saco roto. Quienes están de acuerdo con “Por Nosotros” descreen de la lógica de la “rentabilidad” de los adversarios de la reactivación de los trenes. “Por un lado, el tren es beneficioso por donde se lo mire. Es absurdo enarbolar el argumento de que es antieconómico. Los ferrocarriles son el medio en el que se transporta el pueblo. Nosotros pedimos que haya voluntad política. Fue una pésima política haber clausurado el ramal. Es acertada si se deciden a reactivarlo. Y yo no dudo de que este proyecto nacional lo hará. Vemos que hoy existen trenes acordes a la dignidad de quienes lo usan. No pedimos un tren de última generación, sino que pase.” Acaso en otra mañana de mayo de 2016, la realidad sea otra en la estación Bavio.
Fuente: Infonews
