lunes, 6 de abril de 2015

La Plata: Quieren traer vagones históricos a la Ciudad para sumar un atractivo turístico

La idea es guardarlos en los galpones de 71 y 15, en Meridiano V
Emblemáticos por ser centro de una historia singular en la que se combinaron la confiabilidad de la ingeniería europea con una versatilidad a toda prueba de marcado cuño nacional, los centenarios vagones de subte de la línea “A” porteña que se mantuvieron en servicio comercial durante el tiempo récord de un siglo son actualmente codiciadas piezas de museo.

De prosperar la iniciativa que por estos días impulsa la Asociación de Amigos del Ferrocarril Provincial, dos de esos coches llegarían en el corto plazo al barrio platense de Meridiano V, con miras a formar parte de un circuito histórico y cultural.


Declarados Monumento Histórico Nacional, los vagones circularon durante un siglo en la Ciudad de Buenos Aires. Ahora hay gestiones para traer dos a La Plata

“Es la ocasión ideal para que La Plata se encamine a tener su propio tranvía histórico”, sostienen los Amigos del Provincial

“Como reconocimiento a nuestra trayectoria y trabajo cotidiano en materia de preservación ferroviaria, logramos que la sociedad SBASE, Subterráneos de Buenos Aires, accediera a donarnos dos vagones históricos para que se expongan en nuestra ciudad” explica Alejandro “Alexis” Vergara, de la entidad.

“Creemos que es la posibilidad ideal para que La Plata se encamine a tener su propio tranvía histórico”, apunta el dirigente comunitario, “en un marco más amplio que incluye la creación de un taller de oficios, ya que la donación contempla la entrega de tres tornos y herramientas de trabajo para la eventual reparación y puesta en marcha de los convoyes”.

En la ONG subrayan que el único escollo a salvar para el arribo de los legendarios vagones belgas con interiores en madera, fabricados por la empresa “La Brugeoise et Nicaise et Delcuve” entre 1911 y 1919, es la carencia de un espacio para guardarlos al resguardo de la intemperie.

“El lugar apropiado, que reúne las mejores condiciones de infraestructura y el entorno perfecto, es el galpón del Provincial ubicado a la altura de 15 y 71” explica Vergara, “es el único que tiene la envergadura correcta, dos salidas a la calle y una mesa giratoria, por lo que se podría arrancar casi de inmediato con la exhibición y puesta en marcha de los trenes, como así también el taller de capacitación”.

PROTECCION

“Los coches vienen con ley de protección” aclararon en la ONG local: “si bien la gente de SBASE encargada de auditar las donaciones, nos dio el ok, está supeditado a que obtengamos la cesión del galpón que hoy está ocupado por el municipio. Hemos pedido audiencia para tratar el tema con las autoridades comunales, pero aún no obtuvimos respuesta”.

Declarados “monumento histórico nacional” (MHN) por un decreto del Ejecutivo y también amparados por una ley de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los vagones de “La Brugeoise” dejaron de rodar entre las estaciones porteñas de Plaza de Mayo y Primera Junta en enero de 2013.

Un lote de quince, entre los 86 existentes, entró en la categoría de MHN, y los demás fueron protegidos como “patrimonio cultural” de la Ciudad Autónoma, que debe por ley conservar una veintena para ofrecer un “paseo turístico”, y puede donar el resto de la flota a entidades de bien público que respeten determinados parámetros de conservación.

En esa instancia entraron a tallar los Amigos del Ferrocarril Provincial, quienes para recibir los coches deben respetar a rajatabla dos indicaciones: exponerlos al público “de manera accesible, garantizando su conservación, preservación y mantenimiento, y el costo del traslado de los coches o de la restauración en caso de corresponder”, y mostrarlos “de forma gratuita y periódica”.

La línea “A” del subte porteño, operada por la Compañía de Tranvías Anglo-Argentina (CTAA), fue inaugurada el 1 de diciembre de 1913, convirtiéndose en la primera de toda América Latina y transportando a unos 170 mil pasajeros.

Se la equipó con coches belgas, fabricados en la ciudad de Brujas; con los años, se les practicaron en el país algunas modificaciones y se introdujeron adaptaciones, y se montaron unidades idénticas utilizando rezagos y repuestos.

Impulsados por sendos motores eléctricos, con frenos de aire comprimido, podían desarrollar velocidades máximas de 50 kilómetros por hora; sus innovaciones tecnológicas comprendían la introducción del pulsador de “hombre muerto”, que si es soltado por el “motorman” lleva automáticamente a la unidad al frenado y detención.

Originalmente, prestaban servicios tanto bajo tierra como en superficie; contaban con cortinas interiores, lámparas incandescentes con apliques de bronce, revestimiento en madera y asientos tapizados en cuero escarlata. Cuando se decidió discontinuarla, la flota de “los belgas” o “las brujas” era largamente la más antigua del mundo en servicio comercial y un atractivo turístico con peso propio para los visitantes de la capital argentina.

1913 Es el año en que llegaron a Buenos Aires los entonces flamantes vagones “La Brugeoise” para prestar servicio en la Línea A de subte.

Fuente: diario EL DIA