domingo, 20 de octubre de 2013

Tres años sin Mariano Ferreyra

El joven militante tendría hoy 26 años de no haber sido asesinado de un tiro en el pecho, disparado por una patota de la Unión Ferroviaria durante una marcha en reclamo del pase a planta permanente de los tercerizados. José Pedraza recibió 15 años de cárcel por el caso.
Por: INFOnews

La movilización por os trabajadores tercerizados del Ferrocarril Roca fue la última pelea que dio Mariano Ferreyra, el militante del Partido Obrero que fue asesinado el mediodía del 20 de octubre de 2010. Según dictaminó la Justicia y en base a múltiples testimonios y una investigación exaustiva, una patota armada bajo las órdenes de la Unión Ferroviaria frenó a los tiros el corte de vías. Uno de esos disparos lo recibió en el pecho el propio Mariano.



La complicidad de los hechos corrió por parte de policías de la Comisaría 30 de la Federal. El principal responsable de la matanza es el vitalicio dirigente sindical José Pedraza, que hoy purga su condena en una cárcel.
A dos años y medio de cometido el crimen, el caso finalmente llegó a juicio oral y obtuvo una sentencia histórica. El veredicto incluyó a la patota y a los policías implicados: un total de 14 condenas y tres absoluciones.

"Fue Pedraza", decían las remeras negras y rojas del caluroso 19 de abril último, cuando el Tribunal Oral Criminal Nº 21 lo confirmó: el líder de la Unión Ferroviaria recibió 15 años de prisión.

Desde el inicio de la instrucción, el sindicato intentó frenar el avance de la investigación. Una semana después del asesinato, cuatro personas bajaron de un auto con patente falsa frente a la Fiscalía Nº4, en Paraguay al 1500. “Ese día estaban velando a Néstor Kirchner. Eran las diez de la noche y los cuatro tipos quisieron entrar en la fiscalía. Yo estaba sola y lo llamé a Julio Alak”, contó al portal Infojus Noticias la fiscal Cristina Caamaño.

El Ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos (aún no se habían desdoblado los ministerios), atendió el celular en las escalinatas de la Casa Rosada. Estaba entrando al velorio del expresidente. “’Ya mismo te mando a la policía’ me dijo el Ministro. Desde ese día estuve con custodia”, recordó Caamaño.

Más adelante, Pedraza llevaría adelante otras estrategias para desvincularse del crimen. “Durante el juicio amenazaron testigos, quisieron coimear jueces y adulterar una prueba pero la Justicia accionó de manera positiva”, explicó el abogado del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) que fue querellante en el juicio, Maximiliano Medina.

Octavio Aráoz de Lamadrid había sido secretario de Eduardo Riggi en la Cámara de Casación. Era el juez al que apuntaban coimear. Riggi era un viejo conocido de Pedraza. En uno de los allanamientos a las oficinas del líder de la UF encontraron una agenda de 400 contactos tipeados a máquina. El único teléfono de un juez que había en esa lista era el de Riggi.

El soborno al juez nunca llegó a concretarse. Con el seguimiento de las escuchas, los investigadores atraparon al ex contador de la UF en el momento en que llegaba al estudio del ex juez Aráoz de Lamadrid con 50 mil dólares recién sacados de una caja de seguridad de la sucursal Montserrat del Banco Galicia. Los “verdes” estaban ordenados en cinco fajos de cien billetes de cien dólares, en un sobre marrón rotulado “Octavio”.

La causa por las coimas espera una elevación a juicio para este año. En el banquillo de los acusados estarán Pedraza; su ex contador, Angel Stafforini, el ex juez federal Aráoz de Lamadrid; el ex agente de inteligencia Riquelme y Ameghino Escobar, “el hombre de las teclas”. También está procesada la apoderada del Belgrano Cargas y de la Cooperativa Unión del Mercosur, Susana Planas, quien habría acompañado a Stafforini a realizar los pagos. La mujer es una íntima amiga de la cuñada de Pedraza, Silvia Coria. Los negocios de los ferroviarios eran todos en familia.

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