viernes, 4 de septiembre de 2015

TRAS LOS PASOS DEL TREN A LAS NUBES

Acompañar desde la ruta al Tren a las Nubes en su derrotero desde la ciudad de Salta hasta el viaducto Las Polvorillas, a 4.200 metros sobre el nivel del mar, por valles, yungas y la puna, es una opción que suma adeptos con vehículo propio o combis de turismo.


Uno de los paseos más bellos y tradicionales que propone la ciudad de Salta es la excursión en el Tren a las Nubes. A pesar de ello, algunos deciden evitarla por temor a sufrir vértigo en las alturas. Para ellos, está la opción de seguir los pasos de la formación ferroviaria pero por tierra, en auto o en combis turísticas.

El Tren a las Nubes parte a las 7 de la mañana. A la misma hora se puede salir de la capital después del tren y hacer la primera parada para verlo pasar en Campo Quijano, el Portal de los Andes, donde exhiben una de sus antiguas locomotoras a vapor y una escultura del ingeniero norteamericano Richard Maury, constructor de ese ramal, cuyos restos descansan en este pueblo.

Más adelante, en la Quebrada del Toro, empieza el camino de ripio que bordea el río del mismo nombre y, luego de pasar bajo el primer viaducto -de unos 250 metros de largo- que une Campo Quijano con Aguas Blancas, se sigue en subida junto a la vía.

PUERTA DE TASTIL

La quebrada se extiende una veintena de kilómetros hasta Puerta de Tastil, pero en esa zona profunda se pueden ver unos pintorescos amaneceres, cuando los primeros rayos del sol atraviesan la bruma del sereno y las polvaredas, con las montañas azules al fondo, todo encajonado por las laderas aún en penumbras.

La formación celeste y blanca avanza lenta, a veces a la izquierda de la ruta y a veces a la derecha, más arriba o por debajo de su nivel, y es fácil adelantarse y esperarla para las fotos; los pasajeros y automovilistas se reconocen, se saludan y se toman fotos mutuamente.

Después de la estación Chorrillos, donde el tren sube el primer zigzag, que le permite ascender un centenar de metros en una muy corta distancia, el paisaje se llena de cardones y, a partir de Gobernador Solá, la locomotora empieza a levantar polvareda debido a que, para un mejor agarre en la cuesta, le vuelcan arena en las ruedas motoras.

Mas adelante, la vía se desprende de la ruta y el tren se pierde entre las montañas y, por un rato, los automovilistas disfrutan sin distracciones del imponente paisaje de la prepuna.

Vale la pena parar en Alfarcito, a 2.800 msnm, y ver su pequeña iglesia de dos torres rojas, en una zona donde ya no hay cardones debido a la altura, y donde las laderas muestran manchones de roca pelada por desmoronamientos, que brillan como rojas heridas al sol de la mañana. También, entrar a Santa Rosa de Tastil, para visitar su feria artesanal con productos locales y bolivianos, ver desde afuera el Museo Arqueológico y la parroquia de Santa Rosa de Lima, y sobre el cerro, el sitio arqueológico más grande de Argentina.

A esa altura el aire empieza a enrarecerse por la falta de oxígeno y el cuerpo se torna lento y pesado, por lo que es conveniente echar mano a las indispensables hojas de coca para combatir el “soroche”.

SORPRESAS EN EL CAMINO

En la Planicie de Muñano, otra curiosidad: entre pastos amarillentos corren hilos de agua que caen en un salto dentro de una grieta y forman un arroyo. La subida sigue y un cartel anuncia en Abra Blanca que se está a 4.080 msnm, el comienzo de la puna, con las cumbres nevadas del Abra del Acay a la vista, pero lejos a la derecha. La vía y la ruta se reencuentran en un punto del altiplano en el que el tren sale de uno de los últimos túneles, donde el grupo de turistas esperaba con las cámaras dispuestas.

Allí mismo se puede tomar un desvío por un camino pedregoso hasta llegar a casi la cima de un cerro, desde donde se dominaba un imponente paisaje previo al túnel, con una vista única y exclusiva para baqueanos de montañas azules con planos rojizos hasta el horizonte, bajo un cielo azul profundo.

San Antonio de los Cobres (3.700 msnm) aparece media hora después, con sus bajas casas pueblerinas de techos de chapa acanalada o de paja, en contraste con los rojos tejados del barrio militar. El último tramo lleva a la frutilla del postre: el viaducto Las Polvorillas, a 4.220 msnm y a unos 60 metros sobre el ripio de la Ruta 40, a donde junto al tren llegan los vendedores locales de artesanías y comidas, en camionetas y motos.

Números del Tren a las Nubes:

• Velocidad del tren: 35 km/h

• Cantidad de pasajeros: 468

• Altura máxima: 4.200m (Viaducto La Polvorilla)

• Altura mínima: 1.187 m (Estación de Salta)

• Recorrido: 217 km (Est. de Salta hasta el Viaducto de La Polvorilla).

• El trazado total del ferrocarril entre Salta (Argentina) y Socompa, en la frontera, era de 571 km, más otros 329 km hasta Antofagasta (Chile).

• Atraviesa: 29 puentes, 21 túneles, 13 viaductos, 2 rulos y 2 zigzags.

• Duración: 16 horas. Ida y Vuelta en el día.

• Paradas: dos de 30 minutos cada uno en San Antonio de los Cobres y Viaducto La Polvorilla.

• Es uno de los tres ferrocarriles más altos del mundo: alcanza los 4,475 m en su punto más alto.

• En 1963 comienza a operar como tren turístico.

Fuente: Ámbito Financiero

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