Como uno de los 28 imputados de la causa, el ex secretario de Transporte de la Nación Juan Pablo Schiavi le cuenta su percepción a Tiempo: “Siento que está todo enfocado en la búsqueda de la culpabilidad y no de la verdad”.
–¿Por qué?
–Este accidente se produce a partir de una relación hombre-máquina. Y en este proceso judicial hay un trabajo casi nulo sobre el hombre. El conductor tuvo un problema: desconectar el "hombre muerto" es, de mínima, negligencia, y de máxima, otra cosa. Hay que descartar la responsabilidad del hombre, no para criminalizar sino para entender qué pasó. Pero hay mucho análisis sobre la máquina y los últimos 20 años de políticas ferroviarias. Está sobrepreguntado en relación a la máquina y subpreguntado en relación al hombre.
-¿Qué piensa de la detención de un perito oficial por falso testimonio?
–Hay mucha violencia con quien declara en un juicio. Le hacen 700 preguntas y lo castigan porque tuvo contradicciones. No las estoy negando, las tuvieron todos. Pero después de tener 52 víctimas fatales, se murió un testigo de cuatro tiros por la espalda (Leonardo Andrada, maquinista al que Córdoba relevó el día del choque) y nadie lo investigó. Luego un acusado (Luna) se murió por esto. En una realidad tan mediática, tengo que estar ahí sentado y callarme. Si salgo ahora, es para sacar un corolario de lo que pasa.
–No haber hablado antes, ¿tuvo que ver con que, tras el choque, dijera que “si ocurría en un feriado, hubiera sido menor”?
–No. Me sigo disculpando pero no soy un careta. Estuvo horrible y lo dije en el tribunal. Fue lo que sentí, pero si afecté a alguien, no pararé de pedir disculpas. Puede haber dolido, marcar una torpeza mía, o esto tan duro de la política, que cuando estás en la pelea, te saca el banquito, te quedás solo.
-¿Lo dejaron solo?
–No, qué sé yo. Estaba solo ahí. Nunca rehusé a la responsabilidad. En el juicio de Castelar, que también tuvo menos víctimas porque no fue un día pico, fue acusado sólo el maquinista. El de Once tiene mucho de dividir culpas ante una tragedia tan grande.
–¿Por qué cree que en Once 2 no hubo muertos?
–Por lo que escuché, fallaron los paragolpes y el tren pasó por arriba porque estaba más liviano, casi sin gente.
–¿No mejoró el sistema ferroviario?
–Por suerte, la Argentina generó un cambio grande. Que el área pase a ministerio, con otra inversión, obvio que modifica. Pero eso no es decisión de un secretario de Estado y creo que no es judiciable. Cada uno hace lo que puede. Que Jaime esté en el juicio tiene más que ver con una cuestión política. Es fuerte pensar que terminás un trabajo y te citan porque pasó ahora en relación a una gestión de hace tantos años.
–¿Usted sólo reponsabiliza a Córdoba?
–Ahí sí confío en que la búsqueda de verdad pueda dar elementos de justicia razonables. Me veo a mí mismo en un lugar raro. Soy respetuoso y uno tiene que someterse a eso. Pero no puedo dejar de pensar que es un juicio donde hay mucha gente que no tiene nada que ver.
Fuente: Tiempo Argentino
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