miércoles, 18 de septiembre de 2013

Bienvenida Irene Luana, ahijada de SOFSE

El pasado miércoles 8 de mayo cerca de las veinte horas, realizábamos un censo de pasajeros en el servicio metropolitano de Puerto Tirol a Puerto Vilelas. Cuando pasamos el apeadero Hernandarias, la guarda Beatriz nos dice que una chica está por tener familia, venia acompañada de su madre, le avisa a su compañero Daniel, le pide que llame al servicio de emergencias 107 y avise al conductor de la formación.

Luego de pasar por apeadero Belgrano, nos preparamos para bajar en el siguiente apeadero -Alberdi- donde esperaríamos la ambulancia. Al llegar solicitamos al conductor que espere para ayudarla a bajar, lo hacemos con el guarda Daniel y caminamos despacito hacia Avda. Alberdi. 

Le pido a Daniel que vuelva al tren que venía completo y me quedo a esperar la ambulancia. La joven caminaba cerrando las piernas muy despacio, veo que estaba mojada, había roto bolsa, por lo que decido tomar un taxi, su madre me dice que no tiene dinero y le digo que no se preocupe. Abordamos el taxi, la joven, sentada adelante en el vehículo estaba dolorida, la tranquilizaba y le decía que ya llegábamos al hospital. El taxista me dice "ya llegamos papá..." le aclaro que no soy el padre.

Le pregunto a la madre de la joven su nombre, Gladys; y el de su hija, Rocío; me presento, Eduardo; le sugiero que le pongan mi nombre al bebe y me dicen que es nena, les digo en broma que no le pongan Eduarda, pobre beba. Ahí les pido que le pongan Irene, en honor a mi madre que partió a la eternidad hace dos años. Llegamos al hospital y entramos caminando muy despacio, al verla una doctora pide una silla de ruedas y entra rápidamente a la maternidad. Su madre quedó esperando, le anoto mi celular en un papelito y me voy.

Al día siguiente, jueves 9 de mayo a las siete de la mañana recibo un mensaje de texto en mi celular: "Buen día Don Eduardo, Soy la mamá de Rocío, la chica embarazada que venía en el tren, le aviso que nació Irene Luana y peso dos kilos novecientos". Mi sorpresa, alegría y emoción fueron inmensas, me habían honrado poniéndole el nombre de mi madre!

Después de desayunar salimos con mi compañero Santiago al hospital, en frente del nosocomio compramos tres paquetes de pañales, un par de escarpines con forma de zapatillitas, un sonajero, una mamadera, un vasito de bebes y varios chocolates para la madre y su abuela. Allí estaba, muy cómoda en brazos de la abuela que estaba feliz sentada junto a la ventana de la habitación. Ambas mujeres se emocionaron al recibir nuestros regalos, agradecían profundamente la ayuda en el tren y haberlas acompañado hasta el hospital. Conversamos un rato, sacamos unas fotografías y nos fuimos emocionados y felices. Por la tarde recibo un nuevo mensaje de texto al celular: "Hola Don Eduardo.

Soy Rocío, le quería preguntar si quiere ser el padrino de Irene?". Por supuesto, con todo el amor del mundo!. Aunque esté lejos, saben que cuentan conmigo! Tengo una ahijada en el Chaco, Irenita! Ahijada de la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado!

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